Documento teórico. Se emplean fuentes bibliográficas. Las grandes organizaciones consideraron prioritarias las políticas de imagen corporativa desde hace 3 ó 4 décadas. En Venezuela el proceso ha sido tardío, iniciándose cuando se plantea la competencia en lugar de la protección estatal. Las distorsiones que sufre el periodismo institucional en el país, pueden originarse en la falta de especialización de quienes lo ejercen. El periodismo corporativo posee objetivos propios, así que no es una subfunción de la publicidad ni de las relaciones públicas. El criterio de la cantidad y obligatoriedad de los mensajes noticiosos también es un elemento desvirtuante. La proyección de una imagen adecuada no depende de la figuración de la empresa, sino de la calidad de la información. Es conveniente establecer una política informativa, para que exista coherencia entre las informaciones y la entidad institucional. Dentro de la empresa se requiere una estructura comunicacional operativa y eficiente. No debe haber intermediarios entre quien emite las órdenes comunicacionales y el que las ejecuta, a fin de evitar distorsiones. En conclusión, es importante un periodismo que refleje la realidad de la empresa; éste logrará una buena imagen corporativa en función de su credibilidad.