Las nuevas tecnologías han permitido que surja la Información-Saber, contenida en los bancos y bases de datos, información estratégica y portadora de conocimientos especializados, con lo cual, ahora, el desequilibrio informativo no es sólo del flujo de noticias centro-periferia, sino que incluye los flujos de datos de las redes transfronteras. Igualmente, se transfiere un tipo de tecnología donde las actividades de información generan la productividad del trabajo y se convierten en un factor determinante en la correlación de fuerzas políticas y sociales. Estos desequilibrios agudizan la brecha del subdesarrollo y obligan a reformular las políticas de comunicación bajo los conceptos de la democratización de las comunicaciones, el derecho a la información y la garantía del flujo de información desde la perspectiva de las comunidades marginales.