Trata el tema de la censura y el cine educativo como soluciones prácticas que han llegado a instaurarse ante la problemática Cine y Pedagogía; y los efectos del cine en la juventud. Concluye que el cine encierra auténticos problemas pedagógicos que se imponen:por su generación espontánea y automática entre los consumidores del producto cinematográfico; por la difusión universal e incontrolada del cine entre jóvenes y adultos; por el retraso con que la Pedagogía se ha venido interesando por un cine ya adulto y operante (lo que crea un auténtico problema ); y por presentar el cine recreativo actual tintes a-pedagógicos o francamente anti-pedagógicos. Plantea dos principios: toda expresión cinematográfica posee un indiscutible poder educador, gracioas a sus factores constitutivos y a las condiciones especiales en que es transmitida; el cine no-recreativo (producido con conciencia pedagógica)aprovecha y codifica esas posibilidades implícitas del cine, consiguiendo resultados educacionales de indudable valor.