El estudio propone un acercamiento a la caricatura política en el siglo XIX, la cual empieza a ser utilizada durante el siglo XVII, aunque estas representaciones gráficas caricaturescas son bastantes más antiguas. Se han utilizado con intenciones de crítica o sátiras, hacia una persona, grupo, sociedad en general. Es a partir de la década de 1840 cuando la caricatura política constituye un arma más en el arsenal de los hechos ideológico o meramente personalista. La caricatura empienza a ser, sobre todo, un arma de la oposición; conduciendo en más de una oportunidad a la sociedad a la crítica directa o indirectamente del gobierno. Hasta la década de 1870, la caricatura suele se anónima, posteriormente aparecen los seudónimos, como Aramburiu, Paolo, Lumet, Puch, Flash, entre otros. La mayoría del material que se reseña en este texto es en su totalidad deCaracas, quizás por su importancia geográfica, centro del poder gubernamental y reunión de artistas y filósofos de la época. La caricatura como expresión de la historia, ha permitido que su nacimiento este lígado a momentos de crisis política-social y cambios de regímenes, de allí su característica de válvula de escape, que libera al ciudadano de pasiones y frustraciones.