Investigación teórica y empírica basada en libros y revistas. En Venezuela, la comunicación masiva forma parte de la estructura económica dominante, cuyos valores financieros privan sobre los culturales. Además, el gobierno no tiene poder frente a los consorcios que controlan los medios de difusión. Los contenidos masivos generan tergiversación de principios y ambigüedad de valores. La estructura de poder del sistema de difusión masiva deviene en concentración monopolística. Esta obedece a relaciones de parentesco, de grupos económicos y publicitarias. En Venezuela sólo se leen 66 ejemplares de prensa por cada 1000 habitantes; la radio es el medio más popularizado; la televisión absorbe más de la mitad de las inversiones publicitarias; y el cine presenta monopolización en los sectores de distribución y exhibición debido a sus cuantiosas ganancias. La publicidad compulsiva y manipulante sustenta al sistema de información masiva. Los medios manejan información, adormecen conciencias y despiertan ambiciones dentro de la sociedad de consumo. La nacionalización de los medios de información no representa una solución integral a la situación actual de la difusión masiva. Para que ésta preste un auténtico servicio público, es necesario el equilibrio entre los sectores público y privado, y la opinión pública.