Serie de artículos y ensayos aparecidos en publicaciones periódicas, revistas especializadas e intervenciones en eventos públicos, que testimonian la preocupación por conocer y estimular la producción del cine de cortometraje en Venezuela, considerado el de mayor vitalidad de cuanto se ha hecho en la cinematografía en el país. No se indican fuentes. Es en 1960 cuando se inicia este tipo de realización cinematográfica, que con sus altos y bajos, se instituyó en la forma predominante de hacer cine en el país. La emergencia de este cine ocurre en momentos de una altísima beligerancia social y política no sólo en Venezuela sino en todo el continente. Relata la problemática del cortometraje al no existir una adecuada, continua y eficaz comunicación entre los realizadores que producen las películas y los grupos o individualidades que se ocupan de la distribución, calificando tal problemática como una verdadera encrucijada y una conspiración cotidiana con la pervivencia de este tipo de cine. Propone el rediseño y fortalecimiento del circuito alternativo, modalidad de producción que crea implícita o explícitamente sus canales de distribución, y el uso de la televisión como alternativas para la difusión de películas de cortometraje. Relata la historia del cortometraje venezolano entre 1975 y 1985 y, posteriormente, presenta un inventario de estos 10 años de producción. También presenta un breve panorama del cortometraje en los años ochenta. Concluye que el cine documental de los ochenta no se ha hecho y, probablemente, no se hará si las condiciones actuales permanecen invariables. Finalmente, el problema está en la televisión; si la TV venezolana insiste en su ceguera de no aceptar el cortometraje venezolano, el futuro de éste, ya sea ficción o documental, se hará cada vez más incierto.