Popularidad de la Canción Rebelde y Rebeldía de la Canción Popular (desde la perspectiva de una canción alternativa)

Por: Rondón, César Miguel | Universidad del ZuliaTipo de material: ArtículoArtículoIdioma: Español Detalles de publicación: Maracaibo, Venezuela LUZ Asociación Venezolana de Investigadores de la Comunicación (AVIC) Brugera Centre d'investigació de la Comunicació Generalitat de Catalunya Centre d'investigació de la Comunicació Generalitat de Catalunya 1982Descripción: 11Tema(s): Radio | Sociología | Cortometrajes | Costa Rica | Costumbres | Creadores | Creatividad | Cristianismo | Crítica Literaria | Cuba | Cubano | Cuentos | Cultura cotidiana | Cultura occidental | Cultura popular | Cultura urbana | -- Venezuela En: IV Encuentro Nacional de Investigadores de la Comunicación (1982)Resumen: Ponencia que cuestiona la supuesta popularidad de la canción rebelde y la supuesta rebeldía de la canción popular. Entiende por comunicación alternativa todas aquellas manifestaciones que de manera legítima, representan la verdadera expresión popular; y también el análisis de nuevas formas comunicacionales factibles de ser inscritas en esa misma expresión. Explica que una teoría de la comunicación popular no puede prescindir de una teoría de las clases sociales, basado en un trabajo de José Ignacio Rey. De esta forma, esboza algunas consideraciones sobre la canción popular; y la canción autodefinida como de protesta , comprometida y rebelde , la cual se empeña en redimir los auténticos valores culturales del pueblo. Señala que la música folklórica depende de autores y exponentes colectivos y no de la difusión individual, por tanto, esta canción de rescate de nuestra música popular, se quiso imponer como canto propio y legítimo del ciudadano, fundamentándose en la mediatización ideológica. Esta propuesta siempre asumió posturas políticas desde una vertienete partidista, excluyendo otras posibilidades, y quedándose así, en el ámbito universitario y de intelectuales donde surgió. Este fue el primer inconveniente de la canción de Protesta: quiso hacerse popular a través del folklore y terminó nulificada por partida doble: ni fue folklórica ni fue popular, pues se sabe que así como toda música folklórica es popular, no toda música popular en sus inicios creativos puede ser considerada folklórica. Así mismo, se plantea que la temática amorosa hecha por la canción difundida mediante la Industria Cultural, se ocupa del amor en el momento que ocurre, haciéndose reiterativa y cursi para el público; mientras el trovador latinoamericano canta antes del amor porque lo busca o después de éste, porque lo perdió. Ejemplo de esto es el bolero que no pasa de moda. En cambio, las canciones denominadas como bonitas , están sujetas a criterios extranjeros (estadounidense y europeos), condenadas a los vaivenes de la moda. Concluye que la legítima canción alternativa derivará exclusivamente de la referencia establecida por los cantores populares difundidos mediante la Industria Cultural.
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Ponencia que cuestiona la supuesta popularidad de la canción rebelde y la supuesta rebeldía de la canción popular. Entiende por comunicación alternativa todas aquellas manifestaciones que de manera legítima, representan la verdadera expresión popular; y también el análisis de nuevas formas comunicacionales factibles de ser inscritas en esa misma expresión. Explica que una teoría de la comunicación popular no puede prescindir de una teoría de las clases sociales, basado en un trabajo de José Ignacio Rey. De esta forma, esboza algunas consideraciones sobre la canción popular; y la canción autodefinida como de protesta , comprometida y rebelde , la cual se empeña en redimir los auténticos valores culturales del pueblo. Señala que la música folklórica depende de autores y exponentes colectivos y no de la difusión individual, por tanto, esta canción de rescate de nuestra música popular, se quiso imponer como canto propio y legítimo del ciudadano, fundamentándose en la mediatización ideológica. Esta propuesta siempre asumió posturas políticas desde una vertienete partidista, excluyendo otras posibilidades, y quedándose así, en el ámbito universitario y de intelectuales donde surgió. Este fue el primer inconveniente de la canción de Protesta: quiso hacerse popular a través del folklore y terminó nulificada por partida doble: ni fue folklórica ni fue popular, pues se sabe que así como toda música folklórica es popular, no toda música popular en sus inicios creativos puede ser considerada folklórica. Así mismo, se plantea que la temática amorosa hecha por la canción difundida mediante la Industria Cultural, se ocupa del amor en el momento que ocurre, haciéndose reiterativa y cursi para el público; mientras el trovador latinoamericano canta antes del amor porque lo busca o después de éste, porque lo perdió. Ejemplo de esto es el bolero que no pasa de moda. En cambio, las canciones denominadas como bonitas , están sujetas a criterios extranjeros (estadounidense y europeos), condenadas a los vaivenes de la moda. Concluye que la legítima canción alternativa derivará exclusivamente de la referencia establecida por los cantores populares difundidos mediante la Industria Cultural.

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