Ensayo que trata de explicar la influencia determinante de la cinematografía cubana en el florecimiento del cine latinoamericano durante la década del sesenta tomando como punto de referencia la Revolución Cubana, considerada por la autora, de interés para cualquier examen que se quiera proponer acerca de uno u otro aspecto de la realidad latinoamericana. Se basa en fuentes bibliográficas y trabajos publicados en revistas especializadas en cine. Presenta, de forma separada, una breve descripción del desarrollo del cine en Argentina, Brasil, Cuba, Uruguay, Bolivia, Chile, México, Venezuela y Colombia durante la década 60-70. Señala que para esos años hubo en los países indicados lo que de de alguna manera pudo empezar a llamarse cine latinoamericano no sólo por su genérica comunidad geográfica, sino por una comunidad ideológica que logró plantearse en sus diversas articulaciones como unitaria. También indica que pudo ser la condensación de una conciencia política e histórica que respondía a un nuevo panorama mundial, donde la independización sucesiva e ininterrumpida de multitud de países africanos y asiáticos, la aparición del concepto Tercer Mundo y el diagnóstico de las nuevas formas de dominio con el nombre de neocolonialismo. Concluye que la acción del cine latinoamericano durante la década en estudio estuvo centrada en denunciar problemas, despertar la conciencia y la agitación política, suscitar la reacción frente a la realidad, educar, rescatar del subconocimiento como dependencia, unir lo cultural a lo político hasta convertirlo en fuerza liberadora frente al imperialismo de USA. Finaliza considerando las experiencias de este tipo de cine como bancos de prueba para la ideología socio-política del continente.